Todos los activos serán activos digitales. Hoy en día, la documentación otorga derechos de propiedad sobre los activos. Fundamentalmente, esos derechos están respaldados por los estados-nación y la amenaza de violencia por interferir en esos derechos. La tokenización reemplaza los derechos de propiedad basados en documentos con la propiedad basada en criptografía. Hace que esos activos sean seguros, globales y no violentos en su raíz. La tokenización hace que cada activo sea compatible con stablecoins y DeFi. Por eso las instituciones y las entidades que custodian activos están corriendo hacia las criptomonedas. Una vez que la raíz de la propiedad esté en manos de la gente, la gente también inventa activos que no podrían existir con papel. Activos generados por usuarios como memecoins, monedas de creadores, NFTs, y así sucesivamente son activos nativos de internet que amplían la idea fundamental de lo que puede ser un activo. Un activo solo es un activo si puede ser negociado. Si no puede ser negociado, no puede ser valorado. Cuanto más fácilmente se pueda negociar, más fácil será que cada vendedor encuentre su comprador, y viceversa, más líquidos serán esos activos. Y por lo tanto, cada red de criptomonedas competirá en última instancia en el vector de cuán eficientemente pueden igualar la oferta y la demanda. Y eso, en última instancia, es una cuestión de tecnología y de los productos construidos sobre ella, y de la comunidad que se deriva de ello. Todo esto es una forma muy larga de hacerte saber que el nombre de esa red de criptomonedas donde todos los activos se convertirán en activos digitales es Solana.